“Esto es un sueño para mí”. Alan Pace logró en su primer día como presidente del Espanyol lo que a Chen Yangsheng siempre le costó. El americano mostró una cercanía que por Cornellà se había olvidado, mezclada con grandes dosis de ambición. Y emoción. Pues la compra del club no es una mera transacción para él, supone un “desafío” en lo empresarial, pero también un sueño por el gran vínculo sentimental que guarda con la ciudad. Más de una hora atendió a la treintena de medios acreditados, algo nunca antes visto por el RCDE Stadium. Con un español suficiente para hacerse entender y con la modestia de quien quiere ser recordado “con respeto, y que mi familia sea parte del club”. Y más que promesas pronunció deseos, como “estar en Europa” en cinco años y ser uno de los “seis mejores clubes”

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