Frente al Muelle Santa Catalina, donde hace casi sesenta años atracó el primer barco coreano, una figura azul de seis metros inclina su cuerpo en un gesto de respeto. Es el Greetingman, la escultura del artista Yoo Young-ho que desde este martes saluda al Atlántico y a quienes se acercan a la Plaza de Canarias. Un saludo que viaja desde Corea del Sur hasta Canarias, cargado de historia, memoria y gratitud. Un lugar con mucho simbolismo ya que fue donde comenzó el contacto entre marinos coreanos y canarios, una relación que, seis décadas después, sigue viva.
Este martes cientos de personas asistieron a la inauguración de la obra donada por el escultor coreano Yoo Young-ho. No era una ceremonia más: en el aire se percibía la emoción de un reencuentro. En el evento participaron el embajador