Es difícil precisar las veces que Julio César Chávez, el máximo ídolo del boxeo mexicano, ha salido a responder por la accidentada trayectoria de su hijo el Junior. Lo hace como cualquier padre que da la cara por su retoño, a quien no sólo heredó el apellido, sino también un legado como sombra alargada y proporcional a su leyenda. Esta vez, sin embargo, se trata de algo muy delicado porque se presumen vínculos con el crimen organizado, algo que el legendario campeón niega tajante.

“Si mi hijo fuera narcotraficante, yo mismo lo metería a la cárcel al cabrón”, trata de explicar Julio César Chávez con ese tono golpeado y directo del norte de México.

“Conozco a mi hijo desde que nació y sé a qué se ha dedicado toda la vida; quienes lo conocen, saben que no está vinculado con ningún cártel ni

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