Bélgica vive este martes un día de huelga nacional contra los recortes anunciados por el Gobierno de coalición que ha obligado a los aeropuertos de Bruselas y Charleroi (este último situado al sur de la capital) a mantener en tierra todos los vuelos programados para este día, mientras que se mantienen las rutas de llegada con previsión de importantes retrasos o cancelaciones.

El aeropuerto internacional de Bruselas avisó ya hace dos semanas que esperaba un fuerte impacto de la huelga en sus actividades, porque se sumaría al paro gran parte del personal de la empresa que presta los servicios de seguridad en la infraestructura aeroportuaria.

En un comunicado, advierte también de que los vuelos de llegada podrán verse alterados y de que el seguimiento de la huelga en los transportes público

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