Los países miembros de la UE piden una posición más contundente a la Comisión Europea frente a la política comercial del gigante asiático sin descartar sanciones o incremento de aranceles y Bruselas se encomienda al G7
La UE pide a China reequilibrar su relación en una cumbre fría y marcada por la guerra comercial de Trump
“Necesitamos encontrar formas de tener una actitud más dura con China”. Con estas palabras el ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, dejaba caer la postura de rechazo de los 27 países de la UE ante el anuncio del gigante asiático de ampliar las restricciones a las exportaciones de tierras raras y otros materiales críticos. Mientras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya anunció que impondrá a partir del 1 de noviembre aranceles del 100% como respuesta a China, la Unión Europea se va a encomendar al G7 y EEUU para dar una respuesta más concreta, aunque los países miembros empiezan a exigir mayor mano dura frente al país asiático. La próxima reunión del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) será los días 10 y 11 de noviembre.
China controla el suministro mundial de metales raros: representa el 70% de la minería global y el 90% de la capacidad de procesamiento de estos materiales en el mundo.
La industria europea del automóvil ya ha avisado del fuerte impacto que puede generar en sus líneas de producción las restricciones chinas, mientras que la empresa holandesa ASML, fabricante europeo de semiconductores, se está preparando para interrupciones en su producción, según informó Bloomberg.
“Estas restricciones envían una señal particularmente poderosa porque las empresas chinas controlan más del 90 por ciento de la capacidad mundial de procesamiento de tierras raras”, explica James Kynge, Investigador sobre China del think tank Chathan House. Kynge avisa de que “la disposición de China a utilizar su peso comercial para avanzar en objetivos geopolíticos debería hacer que los responsables de políticas en Occidente se den cuenta del creciente poder de la cadena de suministro manufacturera de China y su control sobre tecnologías 'críticas', a las cuales puede limitar el acceso a su voluntad”.
“Hay todavía un malentendido en Europa. Si se cree que cumpliendo las reglas, seremos los ganadores, no es necesariamente lo correcto. Deberíamos inspirarnos en lo que Estados Unidos y China hacen en comercio”, ha insistido el ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, país que ostenta la presidencia rotatoria de la UE.
“Tenemos que preservar nuestra seguridad económica”
Amparo López Senovilla, secretaria de Estado de Comercio del Gobierno de España , ha asegurado que “hay preocupación” porque la medida china “puede afectar a las cadenas de suministro. Hay que considerar todas las respuestas que podemos dar como Unión Europea y a nivel nacional”. Incluso, López Senovilla no ha dudado que la respuesta pueda llegar a un replanteamiento de las alianzas comerciales que España tienen con el país asiático. “Tenemos que estudiar todas las medidas porque China puede ser un aliado estratégico, pero también tenemos que preservar nuestra seguridad económica, reducir nuestra dependencia de otros países y aumentar nuestra autonomía estratégica”.
La secretaria de Estado de Comercio ha puntualizado que están sobre la mesa todo tipo de medidas como respuesta a China: “Vamos a considerar cualquier tipo de respuestas, incluida la restricción de exportaciones, pero tenemos que estudiarlo bien”.
Muy diferente a la postura de Maros Sefcovic, comisario europeo de Comercio y Seguridad Económica. Sefcovic llegó a la reunión de ministros en Dinamarca admitiendo que las últimas restricciones chinas sobre las tierras raras son “injustificadas, están causando muchos problemas y complicaciones a las empresas europeas, especialmente a la industria del automóvil” y que se estaba recabando información y hablando con los socios del G7 con los que se propondría tener una videollamada en las próximas semanas.
Tras el encuentro con los ministros, el comisario europeo de Comercio cambio la posición. Sefcovic ha apuntado que las restricciones chinas “ya han obligado a algunas empresas de la UE a detener la producción, causando un daño económico real y socavando la confianza. No podemos quedarnos de brazos cruzados y necesitamos una respuesta coordinada”.
China ha puesto en marcha un sistema de licencias de exportación para vender productos en su país que hace cada vez más complicado para las empresas europeas entrar en el gigante asiático. Sefcovic ha admitido que “solo se recibe un trato adecuado en el 50% de las solicitudes de exportación que se envían a Pekín”.
“Estoy en contacto cercano con mis homólogos del G7, también con Estados Unidos que se está involucrando para encontrar soluciones con China. Vamos a considerar cuál sería la respuesta más apropiada. Pero está claro que no podemos seguir así en el futuro, porque las medidas de China están obstaculizando las operaciones económicas de las empresas en la Unión Europea”, comentó el comisario.
Las relaciones comerciales entre Europa y China se han deteriorado en los últimos meses tras la decisión de la UE de imponer nuevos aranceles a los vehículos eléctricos. Esta tasa fue respondida por el gobierno chino con aranceles temporales de hasta un 62,4% a productos porcinos europeos y sus derivados en el marco de una supuesta investigación 'antidumping'. El pasado julio se concretó una reunión entre el presidente chino, Xi Jinping, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, sin que se llegaran a limar las difíciles relaciones comerciales.
“Si admitimos que haya inversiones chinas en Europa, deben venir con la condición previa de que también tengamos algún tipo de transferencia de tecnología. No se trata solo de libre comercio, aunque lo apoyemos. Tenemos que tener un enfoque más realista en este mundo más geopolítico en el que vivimos hoy en día”, ha subrayado el ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca.