El presidente Donald Trump desató una nueva ola de inquietud entre los inversionistas por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China a finales de la semana pasada, lo que provocó una fuerte caída en los mercados bursátiles y otros activos de riesgo. El detonante: una enérgica reprimenda a la decisión de Pekín de endurecer los controles a la exportación de tierras raras, seguida de la amenaza de imponer un arancel del 100 % a todas las importaciones chinas.
Los mercados recuperaron cierta estabilidad esta semana después de que Trump suavizara su tono hacia Pekín durante el fin de semana. Pero el repentino episodio de volatilidad ha revelado un patrón interesante: Wall Street es más resistente a los brotes de tensión entre Estados Unidos y China que las acciones chinas, especial