"Si pierde las elecciones no seremos generosos con Argentina". La frase de Donald Trump atragantó a la comitiva argentina presente en la Casa Blanca, donde se llevó a cabo un almuerzo de equipos de trabajo. Javier Milei ofreció su corazón y Trump le respondió con el frío guarismo de las urnas.

Ni los propios libertarios tienen en claro si el presidente de los Estados Unidos sabe que las elecciones del 26 de octubre son legislativas, de medio término, o si en cambio supone que son ejecutivas, presidenciales. Lo cierto es que Trump se subió a la campaña, quizás sin saber si condicionar el salvataje a la Argentina al resultado de los comicios sería recibido con algarabía en estas pampas o con un rechazo frontal. Es un misterio insondable qué pasa por la mente de Trump, solo él sabe cómo

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