Hubo lágrimas de felicidad. Sentir el sol sobre la piel y las manos libres de esposas fue una sensación que los cerca de 2.000 palestinos liberados el lunes añoraban desde hace tiempo. Hubo abrazos entre amigos y familiares, aunque otros se quedaron esperando el recibimiento de sus seres queridos, pues fueron enviados a último momento a Egipto. Sintieron desilusión, mientras que los exprisioneros narraron los abusos a los que estuvieron expuestos por las autoridades de Israel. “La alimentación, la opresión y los golpes, todo fue malo”,...
Palestinos exiliados y el retorno de rehenes fallecidos: las deudas tras el cese al fuego en Gaza

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