Periodista: Después de un viernes sombrío para la Bolsa -acusó su mayor caída desde el 10 de abril- muchos temían un Lunes Negro. No fue así. Pero el susto, y la sensibilidad erizada, perduran.
Gordon Gekko: No hubo ninguna catástrofe. Ni el lunes ni el martes. A pesar de las señales ominosas.
P.: ¿Ya pasó el peligro? Los indicadores de sentimiento -y la volatilidad implícita en las cotizaciones- sugieren la persistencia de la alta tensión.
P.: Trump, el viernes, fue el que detonó la granada de mano. China lo sacó de las casillas con su tema “favorito”: nuevos controles a la exportación de tierras raras. La amenaza de responder con un arancel de 100% a las importaciones chinas nos devolvió al frenesí de la guerra comercial de abril.
G.G.: Trump, el fin de semana, le bajó los decibe