El regreso de Ana Mena viene acompañado de Lárgate , una canción que no se anda con medias tintas. Con versos como “Tengo 10,000 maneras para matarte” y “una pistola que he aprendido a limpiar” , la letra aparenta un choque visceral entre frustración amorosa y violencia simbólica.
El video refuerza esa estética de venganza a través de humor negro, simbolismo cinematográfico y guiños visuales al cine gótico o de suspenso. En él, la artista aparece junto a un cadáver, en una escena que alude al despecho extremo.
Ana Mena ha defendido esta propuesta como un ejercicio artístico: “es sátira, humor, arte”, declara, rechazando que su intención sea promover la violencia literal para las radiodifusoras de PRISA.
¿Y si un hombre escribiera la misma letra?
Aquí surge el análisis c