Un contenedor de basura y un pequeño camión de recogida de residuos. Esos son los elementos más impredecibles en la escenografía de la versión en danza contemporánea que ha firmado La Veronal de la novela La mort i la primavera, de Mercè Rodoreda. Del pueblo, el bosque, las abejas y el río pasamos a un paisaje con un órgano, micrófonos, hilos rojos, el árbol final y esos dos transportes de muertos y otros desechos. Dos objetos de total actualidad, porque sabemos que la logística es ahora la clave del funcionamiento de lo real. Hemos pasado de la conciencia de las superestructuras marxistas al capitalismo de las infraestructuras, que no cesa de avanzar.
Una constelación de otras obras recientes conecta con esa atención a los circuitos por donde se mueven los despojos en paralelo a las me