Dicen que en la vida del hombre/mujer llega un momento en que se está más allá del bien y del mal.
Y ese momento, desde hace algunos años, llegó para este escribidor.
No sé bien a bien cómo, pero llegó en silencio, sin sobresaltos, como queriendo ordenar una vida desordenada por gusto.
Con ello quiero decir que estoy en paz con el mundo, comprendiendo y aceptando lo bueno y lo malo, sin que esto modifique mis pensamientos y decisiones.
En pocas palabras: no tengo fobias pero tampoco filias innecesarias.
Solamente busco actuar de la manera correcta y justa, digamos, desde mi particular visión, y con absoluta independencia.
Este chorizo semifilosófico, casi casi a la altura intelectual (ja) de lo que pensaba Nietzsche sobre aquéllos dos conceptos, viene a cuento para que mis tres lecto