La llegada de los primeros cazas F-35A a Bélgica ha reavivado una tormenta política en torno al futuro de la defensa europea. Lo que debía ser una simple ceremonia de entrega se convirtió esta semana en un ataque frontal contra el Rafale francés y contra la visión francesa de una defensa europea soberana. El lunes, el país recibió sus tres primeros F-35A (de un pedido inicial de 34 unidades realizado en 2018 al fabricante estadounidense Lockheed Martin) y ya ha confirmado la compra de once aviones adicionales, nuevamente en detrimento del Rafale de Dassault Aviation.
La entrega de los nuevos cazas estuvo acompañada de un editorial publicado en el diario flamenco "De Standaard", firmado por un asesor de la oficina del ministro de Defensa belga, que desató la polémica por su tono provo