La presidenta Sheinbaum cuida su alta investidura a su manera. A diferencia de otros políticos que prefirieron ver los toros desde la barrera, ella bajó al ruedo y los agarró por los cuernos. Es una diferencia diametral. Me refiero claro a sus recorridos por las zonas más afectadas por las intensas lluvias de los últimos días que ocasionaron decenas de muertos y daños incalculables en muchas localidades.

¿Cuál es la mejor forma de cuidar la investidura? La respuesta es poniéndola al servicio de quien más lo necesita. Muchas familias perdieron en unas horas el patrimonio de su vida. La presidenta asume riesgos, es verdad, pero cosecha reconocimientos. Su temple es la señal que se esperaba para tranquilizar a la población y transmitirle el mensaje de que no están solos, de que todos alcanza

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