En un pequeño taller de San Sadurniño, tres artesanas transforman hojas de maíz en pequeñas obras de arte que parecen cobrar vida entre las manos. Son muñecas únicas, hechas con paciencia, mimo y una técnica que rescata una tradición casi olvidada en Galicia.

Cada figura nace del maíz de siempre, el que se cultivaba en las huertas gallegas antes de que llegaran las variedades modernas destinadas al ganado. Sus hojas, más blancas y largas, se convierten en el material perfecto para moldear los cuerpos, las faldas y los detalles que dan forma a estas piezas de inspiración rural.

Lo que comenzó como una curiosidad artesanal se ha convertido en un proyecto consolidado, con una década de recorrido y una identidad propia que combina tradición y creatividad. Las muñecas, vestidas con trajes típ

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