El pequeño comercio en México enfrenta, cada vez más, la extorsión del crimen organizado. No se trata solo del llamado “derecho de piso”; en múltiples regiones del país, los tenderos son obligados a vender mercancía ilegal, pirata o adulterada bajo amenaza de violencia. Este fenómeno, silencioso pero en expansión, convierte a miles de tiendas de barrio en eslabones involuntarios de la cadena delictiva.
El impacto económico es devastador. Juan Carlos Buitrago , general colombiano en retiro y especialista en seguridad del comercio legal, ha documentado cifras alarmantes: “En México solo en el sector textil se pierden cerca de 250 mil empleos al año. Tienen que cerrar uno de cada 100 establecimientos en Ciudad de México; se han cerrado seis de cada 100 establecimientos, precisamente como r