Las creencias, como dijimos anteriormente, dan soporte cognitivo a nuestra vida. Nos dan identidad y cohesión grupal. Sin embargo, su cara sombría es la certeza subjetiva : la convicción absoluta de que nuestras verdades son inamovibles, mutando el disenso en una ofensa personal y, por extensión, en una amenaza. Esta peligrosa dinámica ha encontrado su hábitat perfecto en el ecosistema digital, donde el debate de ideas es sustituido por el conflicto radical entre personas.

Este ecosistema promueve un nuevo modelo de identidad social construida más por lo que rechazamos y cada vez menos sobre lo que somos, hacemos o construimos . Pasamos de la identidad por afinidad a la identidad antagónica , cementadas con las emociones más persistentes de nuestro ser social: el resentimiento y e

See Full Page