En la ciudad japonesa de Toyoake se ha aprobado una norma que recomienda limitar el uso del teléfono móvil a dos horas al día. Aunque la policía no detendrá a los infractores, su alcalde está decidido a mejorar la relación con las pantallas.

Durante una entrevista en su ayuntamiento, Masafumi Kouki dice a la AFP que desde hace meses le preocupan “los efectos negativos del uso excesivo de los teléfonos inteligentes , en particular la fuerte disminución de la comunicación humana directa”.

“Incluso en los trenes, todo el mundo está mirando su teléfono, ya nadie habla con nadie”, constata el alcalde.

“Quería crear una oportunidad para que nuestros habitantes reflexionen” sobre el problema, apunta.

El ayuntamiento aprobó esta “ordenanza local” por 12 votos contra 7. La medida, centrada

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