Cuatro años después de abandonar la Casa Blanca, Jared Kushner ha vuelto a ocupar un lugar central en la diplomacia estadounidense. Su presencia en Egipto, como parte de la delegación que ha negociado la tregua en Gaza y la liberación de los rehenes israelíes cautivos en el enclave palestino por parte de Hamás, marca el retorno del yerno de Donald Trump a un tablero que conoce bien: el de la geopolítica del Medio Oriente.
Kushner no ocupa ningún cargo formal en la administración Trump, pero ha actuado como asesor cercano al presidente republicano desde su regreso al poder el pasado 20 de enero. Su viaje a territorio egipcio a inicios de este mes ha sido interpretado como señal de una reaparición en el centro de la estrategia estadounidense. La Casa Blanca lo avala, pese a las críticas sob