La próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se presenta como un momento crucial, no solo para la política comercial, sino para la propia estructura de desarrollo económico y social de México.
Este entorno global se encuentra marcado por el nearshoring , la reestructuración de las cadenas de valor, así como un panorama social interno desafiante, caracterizado además por la desigualdad, la necesidad de mayor competitividad laboral y la urgencia climática.
En este sentido, la vinculación efectiva entre la academia y los sectores productivos emerge como el pilar estratégico indispensable para asegurar el éxito del país en la región.
El T-MEC, a diferencia de su predecesor (el TLCAN), enfatiza áreas como el comercio digital, los derechos laborales y las re