CDMX.- «Si no te duermes, va a venir el coco» -le advirtió el papá a su pequeño hijo. «No es cierto -opuso el chiquitín-. Ése viene nada más cuando tú andas de viaje». Don Veterino, señor de edad madura, iba a ser objeto de una intervención quirúrgica. Le preguntó al cirujano: «¿Podré hacer el amor después de la operación?». Respondió el facultativo: «Sí». «Qué bueno -se alegró don Veterino-, porque antes ya no podía». Meñico Maldotado, joven con quien natura se mostró avarienta al repartir entre los varones los atributos de entrepierna, casó con Pirulina, muchacha sabidora. Cuando, en la noche de bodas, se mostró ante ella al natural, su desposada le dijo: «Ahora entiendo por qué siempre me decías que debía aprender a apreciar las pequeñas cosas de la vida». El esposo se hallaba en el lec
De política y cosas peores

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