Tener 12 años y querer que el tiempo se detenga no es nada común. Pero Faustino Oro no es un niño normal. Este argentino, que el martes sopló velas, es un prodigio del ajedrez. Lo dicen sus rivales y sus entrenadores, pero sobre todo sus resultados. Desde que la pandemia le obligó a aprender este juego, el joven Fausti, bautizado popularmente como el Messi del ajedrez , no ha parado de batir récords en poder de los mejores de la historia.
Hace unas semanas dio el primer paso para acercarse a uno de los más deseados por los ajedrecistas: Oro consiguió en el torneo Leyendas y Prodigios, disputado en Madrid, la primera norma (de tres) para ser gran maestro FIDE (GM) y ahora aspira a batir al estadounidense de origen indio Abhimanyu Mishra, que logró ese título con 12 años, cuatro meses y 2