Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •
Nunca pensé cuando era estudiante de la carrera de Licenciado en Derecho que tendría el privilegio de ser Docente de la misma escuela que me formó y tampoco que algún día sería colega de mis queridos maestros a los que agradezco los conocimientos impartidos. Son pues 37 años (5 de estudiante y 32 como maestro) de mi vida depositados en mi amada escuela; he recorrido sus aulas y he sido testigo de su transformación. La Unidad Académica de Derecho me ha visto pasar primero joven, siendo estudiante de muy escasos recursos pero con el anhelo inquebrantable de salir adelante con una carrera profesional. No niego que muchas veces las penurias económicas me hacían pensar en la posibilidad de desertar para ponerme a trabajar y ayudar un poco a mi padre con los gas