Con un poco de retraso y pese a los paseíllos judiciales de Ábalos y Koldo, pienso que la gran noticia reciente fue el baño de gloria que se dió el presidente de los Estados Unidos ante el parlamento israelí y a continuación, ante una amplísima selección de líderes mundiales reunidos para firmar un Acuerdo de Paz en Gaza.

En mi larga vida nunca había visto un homenaje del nivel del que recibió Trump. En Jerusalén, todos los líderes que tomaron la palabra, desde Netanyahu hasta el jefe de la oposición y el presidente del Parlamento israelí coincidieron en elogios que escalaron en intensidad hasta decir que Trump es el mejor amigo que Israel ha tenido en la Casa Blanca imponiéndole la máxima condecoración que otorga el país.

A continuación, en el mismo día 13, en Sharp el Sheij (Egipto), u

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