En medio de la tensión cambiaria y la escasez de liquidez, los plazos fijos volvieron a ganar protagonismo en el sistema financiero argentino. En los últimos días, las tasas de interés superaron el 40% en los bancos de primera línea y rozan el 50 % en las entidades más pequeñas, mientras el crédito para empresas y consumidores se encarece de manera acelerada. El fenómeno se explica por la necesidad de los bancos de retener depósitos y por la creciente cautela del mercado frente a la incertidumbre económica.

El incremento de estos depósitos a plazos se produce tras varias semanas de volatilidad en los mercados, con una menor demanda de pesos y un aumento del costo del dinero entre las entidades financieras. Según una nota de TN para analistas del sector, la suba responde al endurecim

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