El retorno de Aymeric Laporte al Athletic Club debía ser una historia de redención, el regreso del hijo pródigo a su casa. Sin embargo, lo que prometía ser una fiesta se ha convertido en una incómoda realidad para Ernesto Valverde , que comienza a impacientarse con el defensor francés nacionalizado español. El técnico esperaba liderazgo y solvencia , pero lo que ha encontrado es un jugador en evidente baja forma, muy lejos de aquel que deslumbró antes de su marcha al Manchester City.
El regreso de Laporte, ocho años después de su último partido en San Mamés, parecía un golpe de efecto. La afición lo recibió con cariño, pero en el vestuario, las sensaciones no son las mejores. Valverde esperaba un refuerzo inmediato, alguien que aportara experiencia y temple a un equipo que necesita