Un ataque sofisticado utilizando drones cargados con explosivos artesanales fue perpetrado contra las instalaciones de la fiscalía especializada en combate al secuestro en una zona estratégica de una ciudad fronteriza de Baja California. Aunque no se reportaron heridos, los dispositivos lanzaron cargas con clavos, balines y fragmentos de metal, diseñadas para maximizar el daño, dejando marcas visibles en las unidades oficiales e indicando una clara intención de intimidación.

Un vocero, identificado como Andrade, confirmó inmediatamente el uso de drones, descartando la posibilidad de tiroteos y subrayando la sofisticación del ataque. La seriedad del incidente llevó al consulado estadounidense en Tijuana a emitir una alerta de seguridad a sus ciudadanos, tras recibir reportes de "explosione

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