España entera se pregunta si lo está. No se habla de otra cosa. Hay que empatizar con su estado, ya que tiene por costumbre trasladarnos este tipo de cuestiones. No hay duda de que es algo fundamental en su vida y una preclara expresión de un entrañable egocentrismo. Los sesudos analistas y politólogos del sanchismo han glosado su ingenio cuando dijo «ánimo, Alberto». Con esa frase eclipsa a Lope de Vega, que era llamado «El Fénix de los Ingenios» por su extraordinaria y prolífica creatividad, así como a cualquier autor desde el Siglo de Oro. Es un portento. Los activistas del NO-DO que ha organizado RTVE lo ven, efectivamente, como una especie de superhéroe surgido de los cómics de Marvel o incluso de la mitología greco-romana. Sánchez necesita un Cervantes que le califique como un «monst
¿Está animado Sánchez?

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