Por Kate Samedova
Directora Ejecutiva de Ventas Estratégicas en Freen.com
La preocupación pública por la seguridad de las baterías ha crecido en España, alimentada por vídeos virales de incendios de vehículos que con frecuencia —y a menudo de forma incorrecta— se atribuyen a los coches eléctricos. La percepción de que las tecnologías limpias pueden esconder peligros ha ganado terreno en las redes sociales, aunque la realidad es mucho más matizada. Los datos demuestran de manera constante que los vehículos eléctricos no son más propensos a incendiarse que los de gasolina o diésel. Sin embargo, cuando las baterías de litio-ion se incendian, esos fuegos son más difíciles de controlar, arden a temperaturas más altas y pueden reavivarse incluso después de haber sido extinguidos.
Este temor,