El acuerdo lo dejaba claro: 15 cuerpos de palestinos por cada rehén israelí fallecido.
Además del cese de los bombardeos -que ya se ha incumplido- y de la devolución de los 20 secuestrados israelíes que quedaban con vida en manos de Hamás, el precario acuerdo firmado por Israel con el grupo islamista la semana pasada recogía otra descarnada ecuación: la del intercambio de restos mortales de una y otra parte.
Sin embargo, la disputa por la identidad, el ritmo de devolución de los cuerpos y las denuncias de ejecuciones y torturas, ha puesto en peligro este frágil alto el fuego.
Según los términos del acuerdo, Israel se comprometió a devolver 15 cadáveres de palestinos en su poder por cada rehén fallecido en manos de Hamás.
El grupo armado ha regresado por el momento nueve cadáveres de re