El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho declaraciones contundentes sobre la situación en Venezuela, afirmando que Nicolás Maduro "no quiere j***r con Estados Unidos". Esto surge tras informes que indican que Maduro ofreció acceso preferencial a los recursos naturales de Venezuela a cambio de reducir las tensiones con Washington. Trump confirmó que Maduro "ha ofrecido todo" en un intento de calmar la creciente presión militar de EE.UU. en la región.
Las tensiones entre ambos países han aumentado, especialmente después de que Trump insinuara la posibilidad de utilizar medios militares para forzar la salida de Maduro del poder. La Armada de EE.UU. ha intensificado su presencia en el Caribe, y se han llevado a cabo operaciones aéreas con bombarderos B-52 cerca de las costas venezolanas. Además, Trump ha autorizado acciones encubiertas de la CIA en Venezuela, lo que ha generado preocupación sobre un posible cambio de régimen.
Analistas advierten que la estrategia de Trump en América Latina refleja un enfoque más militarista, alejándose de la política no intervencionista que caracterizó sus campañas. La situación se complica aún más con el reciente retiro del almirante Alvin Holsey, quien supervisa el Comando Sur de EE.UU., en medio de estas tensiones.
Por otro lado, Trump también ha centrado su atención en Argentina, donde ha ofrecido apoyo financiero al nuevo presidente Javier Milei, destacando la importancia de la región en su política exterior. La lucha contra el tráfico de fentanilo y la reducción de la migración son dos de las promesas clave de su campaña que involucran a América Latina.
La política de Trump hacia la región parece estar marcada por un enfoque ideológico, premiando a líderes afines y aumentando la presión sobre aquellos que se oponen a sus intereses. Esto contrasta con la estrategia de la administración anterior, que buscaba trabajar con líderes democráticamente elegidos sin importar su ideología.
En este contexto, Trump ha utilizado amenazas arancelarias para presionar a países como México y Brasil, mientras que ha mostrado una clara intención de frenar la influencia de China en la región. La situación en Venezuela, con su potencial para un conflicto militar, sigue siendo un punto focal en la agenda de Trump, quien aún no ha confirmado su asistencia a la próxima Cumbre de las Américas en diciembre.