El BBVA ha fracasado por segunda vez en su intento de absorber al Banco Sabadell , tras no alcanzar la mayoría del capital social necesaria para ejecutar con éxito su oferta pública de adquisición (OPA) . La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha confirmado que apenas el 25,33% de las acciones se adhirieron a la operación, muy lejos del 30% mínimo para plantear una segunda oferta en metálico.

La noticia ha tenido efectos inmediatos en los mercados. Las acciones del Sabadell se desplomaron más de un 7% en la apertura de las Bolsas , mientras que los títulos del BBVA experimentaron una subida de similar magnitud, al disiparse el riesgo de una costosa ampliación de capital para continuar con la operación.

Impacto bursátil inmediato

Desde primera hora de la mañana, los inversores reaccionaron con fuerza al desenlace. El valor del Sabadell, sostenido durante meses por la expectativa de la OPA , cayó con fuerza al quedar sin respaldo. En contraste, el BBVA se revalorizó hasta un 8% en la preapertura , animado por el nuevo escenario financiero.

El grupo vasco, que había reservado capital para la adquisición, ahora podrá liberar esos recursos para un ambicioso plan de retribución al accionista . Está previsto que el próximo 31 de octubre inicie un programa de recompra de acciones por valor de 1.000 millones de euros , como parte de una estrategia a tres años que contempla hasta 36.000 millones en retornos .

Un revés para la estrategia de expansión del BBVA

El resultado supone un duro golpe para la dirección de BBVA , que ya en 2020 intentó negociar una fusión con Sabadell sin éxito. En esta ocasión, la operación fue lanzada de forma hostil, sin acuerdo previo entre las partes, lo que elevó la tensión en el sector bancario y generó fuerte oposición en los órganos internos del Sabadell y entre inversores minoritarios.

Los datos reflejan una falta de apoyo significativa: solo el 2,8% de los clientes accionistas del Sabadell respaldaron la propuesta, lo que anticipaba un desenlace negativo. La falta de respaldo por parte de inversores institucionales ha sido definitiva.

Consecuencias para el sector bancario

La fallida operación reconfigura el tablero del sistema financiero español. A corto plazo, el BBVA refuerza su posición de solvencia al evitar un fuerte desembolso de capital, mientras que el Sabadell queda debilitado , con una caída bursátil esperada y la incertidumbre sobre su futuro independiente.

Analistas ya prevén que el Sabadell tendrá que buscar nuevas alianzas o vías de crecimiento para seguir siendo competitivo, mientras otros bancos podrían explorar fusiones de filiales para ganar escala y reforzar su posición.

Segunda derrota en cinco años

Con este desenlace, el BBVA suma su segundo intento fallido de hacerse con el Sabadell. A diferencia de lo ocurrido en 2020, cuando la operación se abandonó de forma amistosa, esta vez el rechazo ha sido rotundo tras una ofensiva directa, lo que deja al grupo vasco en una posición delicada desde el punto de vista reputacional.

No obstante, la reacción positiva de los mercados alivia el impacto. Wall Street ya premiaba los títulos del BBVA tras conocerse el resultado, con subidas en sus ADRs (American Depositary Receipts), una señal de confianza de los inversores internacionales.