Continúa el cambio de rumbo de la economía global, con su corolario de reversión parcial de la globalización; se trata de un nuevo mundo para el que la UE está mal preparada, y que obliga a un notable giro desde la lucha contra el cambio climático a la de adaptación a las nuevas circunstancias.
La Comisión de Von der Leyen ha definido tres pilares básicos de su política: armarse frente a un hipotético conflicto con Rusia y cerrar las brechas en tecnología y competitividad con EE.UU. y China. De ellos, hay uno en el que la UE lo tiene crudo: compatibilizar crecimiento económico y respeto climático. Porque, ahí, EE.UU. ha decidido tirar por el camino de en medio, reforzando su posición en los mercados ampliando consumo y producción de petróleo y gas, lo que inevitablemente obliga a sus comp