Un nuevo episodio de tensión marca las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela . Tres bombarderos B-52 despegaron desde la Base Aérea Barksdale (Luisiana) y operaron durante varias horas cerca de la costa venezolana, en lo que analistas interpretan como una demostración de fuerza por parte del gobierno de Donald Trump.

Este despliegue militar ocurre en paralelo a la confirmación del propio Trump de que ha autorizado operaciones encubiertas de la CIA dentro de territorio venezolano , bajo la justificación de combatir el narcotráfico y grupos criminales vinculados al régimen chavista .

La reacción del presidente Nicolás Maduro fue inmediata: denunció la acción como una violación de soberanía, acusó a EE. UU. de intentar ejecutar un golpe encubierto y advirtió que

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