La sobre Banco Sabadell se ha cerrado con un resultado incontestable: apenas un 25,33% de aceptación, muy lejos del 30% que marca el umbral de control relevante y a años luz del 50% necesario para un control efectivo. Lo que pretendía ser la mayor operación bancaria del año ha terminado como un ejemplo de cómo una estrategia financiera puede naufragar por una mezcla de precio insuficiente, exceso de precipitación y un contexto político envenenado.
El primer error fue el precio. Aunque BBVA ofreció una prima sobre la cotización previa, esa ventaja se evaporó en cuestión de días: la mera noticia de la opa provocó una subida especulativa del Sabadell, impulsada por la expectativa de una contraoferta o de un respaldo político a su independencia. Cuando el mercado supera el precio oferta