La Hungría ultranacionalista de Viktor Orbán se erige como vencedora diplomática tras la elección de Budapest como sede de la reunión entre Trump y Putin para negociar la paz en Ucrania

La UE ve positivo el encuentro de Trump y Putin en Budapest, pese a la obligación de Hungría de detener al presidente ruso

Ya hay un claro ganador tras el anuncio del presidente de EEUU, Donald Trump, de celebrar una reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Budapest para “poner fin a la ignominiosa guerra entre Rusia y Ucrania”: Viktor Orbán. A pesar de que el primer ministro de Hungría ha sido el principal obstáculo en la Unión Europea para frenar a Rusia en su guerra en Ucrania, Trump y Putin han premiado al ultranacionalista con una cumbre en la capital de su país que podría ser el inicio de la paz en Ucrania.

Mientras, la Comisión Europea admite su papel de mero espectador en la escena internacional. Un portavoz de la institución europea ha señalado este viernes que “la presidenta Ursula Von der Leyen acoge con agrado cualquier medida que conduzca a una paz justa y duradera para Ucrania” tras conocer la propuesta de la reunión en Budapest.

A pesar de que en la reunión anterior en Alaska entre Trump y Putin fue asumida en Bruselas como un insulto al papel de la Unión Europea y su actuación de apoyo a Ucrania, esta vez se ha hecho un ejercicio de Real Politik en la Comisión Europea. “Queremos lograr una paz justa y duradera para Ucrania. Seguro que hay una manera ordenada y sin dificultad, pero ese no es el mundo real. Hay que actuar sobre la base de los hechos y comprometernos con los diferentes interlocutores que son relevantes para intentar lograr la paz. Las reuniones no siempre ocurren como nos gustaría, pero si nos acercan a una paz justa y duradera para Ucrania, entonces le damos la bienvenida”, ha justificado un portavoz de la institución en Bruselas.

Orbán ha ido rápidamente a sacar tajada política de la elección de Budapest como cumbre de paz. Además de calificar a Hungría como “la isla de la paz”, el presidente húngaro ha señalado, sin nombrar a Ucrania, que no estará presente en esta cumbre, que “Budapest es el único lugar adecuado en Europa para una cumbre de paz entre Estados Unidos y Rusia. Con un liderazgo por paz desde hace mucho tiempo y asociaciones de confianza, ofrecemos un entorno fiable, seguro y políticamente estable. No había otra opción. En pocas palabras: ¡pueden contar con nosotros!”

La Hungría de Orbán ha tenido un papel destacado como el principal freno de las sanciones de la UE contra Rusia por invadir Ucrania e incluso presentó una demanda ante el Tribunal de Justicia europeo contra la decisión de destinar los beneficios e intereses de los activos congelados rusos en la financiación de la ayuda militar a Ucrania. Ahora, con el reconocimiento de Trump, el ultranacionalista va más allá y exige un cambio de política a la Unión Europea de lo que él considera “planes de guerra”: “Si Europa quiere una paz real, sus planes de guerra deben ser desechados y todo debe ser recalibrado. La paz debe lograrse y debe estar respaldada por la fuerza. ¡Es hora de que Europa tome el camino del sentido común!”, ha declarado en la red social X el primer ministro húngaro.

Según el Kremlin, Trump ha elegido Budapest para la reunión. No es extraño, Orbán ha sido el principal valedor del presidente de Estados Unidos y sus políticas y avanzadilla de su guerra cultural en Europa. Ahora llega el momento de colocar a la Hungría ultranacionalista como ejemplo a seguir a nivel diplomático tras años de enfrentamientos con Bruselas por las políticas antiprogresistas del Gobierno Orbán.

Ese es el objetivo del director político del primer ministro de Hungría, Balázs Orbán, que escribe: “La realidad es que la clave para una solución política de la guerra en Ucrania está actualmente en manos de Washington. La Unión Europea, en cambio, no ha sabido escuchar el llamado de los tiempos: el peso global del continente está disminuyendo visiblemente, y si eventualmente se llega a un acuerdo de paz, existe un riesgo real de que los líderes europeos ni siquiera sean invitados a la mesa de negociaciones. Hungría, sin embargo, ha definido claramente sus intereses nacionales incluso en esta situación y sigue representándolos de manera coherente en todas las circunstancias”.

“Mientras que la toma de decisiones de la UE en los últimos años se ha ido estrechando cada vez más hacia la lógica de guerra de Ucrania — con Bruselas actuando más como un agente político de un lado que como un mediador — Budapest ha mantenido constantemente la puerta al diálogo abierta para todos los actores relevantes. La lección para Europa es igualmente clara: la seguridad no nace de la escalada, sino del coraje político para elegir el diálogo incluso cuando la confrontación parece inevitable”, ha resaltado el director político del primer ministro de Hungría en un claro intento de descalificar las acciones de Bruselas para debilitar a Rusia en su guerra con Ucrania.

Mientras la UE trata de buscar un difícil acomodo incluso cuando hay una orden de la Corte Penal Internacional para detener a Putin. Un funcionario de la Comisión Europea con una larga experiencia en relaciones exteriores trata de encontrar argumentos para justificar la nueva reunión: “El presidente Trump también habrá visto que la última vez que se acercó a Putin, este lo traicionó. Desde la reunión en Alaska, Rusia ha entrado en una escalada bélica contra Ucrania. No creo que Trump permita que vuelva a suceder si invierte capital político en la reunión con el presidente Putin. Europa tiene que usar su influencia para asegurar que lo que se va a discutir en Budapest es una paz justa y duradera para Ucrania”. Pero la realidad es imbatible: la Unión Europea no estará en la reunión de Budapest.