Al menos por ser el partido político más antiguo del mundo, da un poco de pena que los ‘tories’, el partido conservador británico, se encuentre hoy en situación agónica. La verdad es que parece que sólo le falta la esquela para certificar su muerte, que en rigor no es de ahora sino que tuvo lugar durante el nefasto mandato de Boris Johnson.

La descomposición de los conservadores se constata de muchas maneras, pero hay una terriblemente demoledora: sus votantes y simpatizantes dicen a los encuestadores que el mejor líder que podrían tener se llama Nigel Farage, que desgraciadamente para ellos está ocupado liderando Reform, el partido más nuevo del escenario político británico. Farage y su partido están hoy nueve puntos por encima de los laboristas que gobiernan y diecisiete por encima de l

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