El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page , ha acusado directamente al Gobierno de Pedro Sánchez de haber permitido que un subdelegado de su propia administración investigara su vida personal y política para « buscar cosas sucias ».

Durante el Debate sobre el Estado de la Región , celebrado esta semana en las Cortes de Castilla-La Mancha, Page lanzó una dura advertencia pública: « Un subdelegado del Gobierno, del Gobierno de hoy, ha estado buscando y escarbando a ver si encontraba cosas sucias de este presidente. Lo que digo es serio, por no decir grave. Y no será porque no lo he denunciado donde tenía que denunciarlo. »

Sus palabras provocaron una inmediata conmoción política y abrieron una nueva grieta entre el PSOE regional y La Moncloa , ya deterioradas por los choques internos de los últimos meses.

El subdelegado, «ratificado» en el cargo

La polémica se intensificó cuando la portavoz del Ejecutivo castellanomanchego, Esther Padilla , confirmó que el funcionario señalado por García-Page no fue cesado , sino que fue «ratificado» en el puesto por el propio Gobierno central , incluso después de que el presidente autonómico trasladara formalmente su denuncia.

« El presidente sabe quién es el subdelegado y el Gobierno de España conoce su comportamiento. Está ratificado ,» afirmó Padilla al ser preguntada por los periodistas.

Según su explicación, Page comunicó la situación a los superiores del Ejecutivo de Sánchez , advirtiendo de las presuntas prácticas irregulares del subdelegado. Sin embargo, la respuesta de Moncloa fue la contraria a la esperada: mantenerlo en su cargo .

« Page informó de lo que estaba ocurriendo para que se tomaran las medidas oportunas. Pero no le cesaron, por lo tanto, lo ratificaron, » reprochó Padilla, visiblemente molesta.

Tensión dentro del PSOE

El incidente llega en un momento especialmente delicado para el PSOE, con un creciente malestar interno por los casos judiciales que afectan al entorno del presidente del Gobierno y las tensiones entre los barones territoriales y la dirección federal.

García-Page, uno de los dirigentes socialistas más críticos con el rumbo del Ejecutivo, ha marcado en repetidas ocasiones distancias políticas y éticas con Sánchez , y ha denunciado la falta de transparencia y los excesos de poder dentro del Gobierno central.

Sus declaraciones en el Parlamento autonómico no solo han sacudido al PSOE castellano-manchego, sino que también han abierto interrogantes sobre el grado de control político que ejerce el Ejecutivo sobre sus propios altos cargos en las delegaciones territoriales.

«Lo que digo es grave»

Durante su intervención en el debate regional, García-Page insistió en la gravedad del caso: « Lo que digo es serio, por no decir grave. » Fuentes de su entorno aseguran que el presidente autonómico se siente « vigilado y decepcionado » por la falta de reacción de La Moncloa ante lo que considera una intromisión institucional inaceptable .

El propio PSOE regional ha tratado de restar dramatismo al episodio, acusando al PP de «manipular un vídeo» del discurso de Page para distorsionar sus palabras. Sin embargo, la confirmación de que el subdelegado sigue en el cargo y fue « ratificado » tras la denuncia aviva las sospechas sobre el manejo político del caso .