En ese camino hacia el progreso, llevado adelante por las presidencias de Mitre, Sarmiento, Avellaneda y el propio Roca, un amplio sector liberal consideraba que la iglesia representaba un obstáculo . Era una institución profundamente arraigada en nuestro país, pero un importante sector de la clase dirigente era de la idea que había que separar de una vez las leyes que regían el Estado de las que imponía la iglesia, que se hacía oír a través de encumbrados voceros en cuestiones sensibles para nuestro país, como la educación o la misma inmigración: los religiosos no eran proclives a darle la bienvenida a aquellos extranjeros que no fuesen católicos.

Cuando el primer gobierno de Julio A. Roca llegaba a su fin, existían en el país 1741 escuelas públicas, a los que asistían 133.640 alumn

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