En La Carlota, Córdoba, un grupo de estudiantes de secundaria logró que se redactara una ordenanza municipal para regular el descarte de colillas de cigarrillo. La chispa de esa política pública nació en un aula de la Escuela Superior El Nacional, donde Macarena Uría transformó un problema ambiental en un proyecto educativo.
Para Macarena, la ciencia no se reduce a fórmulas o gráficos. La emoción, el arte y el compromiso social son parte clave de sus clases. Ella se sale de los libretos y relaciona los saberes. Conecta química con biología y ciudadanía desarrollando experiencias que permiten a los estudiantes investigar, crear y, sobre todo, sentirse protagonistas de un aprendizaje con sentido.
Este método la ha llevado a convertirse en una de las seis finalistas de Docentes que Inspiran