Pachá empezó en Sitges como un negocio familiar. Su fundador, Ricardo Urgell (Barcelona, 1937) contó que fue su mujer quien propuso el nombre. Esta elección se debía a que las ganancias de la discoteca les permitiría vivir 'como pachas' , rodeados de lujos y comodidades. Hoy, aquel pequeño local se ha convertido en una franquicia global que sigue generando beneficios bajo el dominio de Five Holdings , aunque la chispa que la hizo legendaria se ha atenuado y la esencia que la convirtió en un ícono parece haberse perdido.

Prueba de ello se ha visto en el reciente cierre de Pacha Barcelona, un local franquiciado de Costa Este en la Barceloneta. En un comunicado, la compañía de la familia Bordas señaló que uno de los motivos de la clausura responde a que la marca de las dos cereza

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