El Partido Acción Nacional (PAN) decidió marcar distancia del PRI. Jorge Romero Herrera, su dirigente nacional, anunció que el blanquiazul no dependerá “de ninguna alianza partidista, ni pasada ni presente (PRI), ni futura”. Con esa frase, el PAN busca desmarcarse de su antiguo aliado, con quien compartió estrategias, candidaturas y silencios frente al poder durante más de una década.
El discurso del “nuevo PAN” llega con un envoltorio publicitario de modernidad y apertura, pero en el fondo responde a una urgencia electoral: recuperar votos perdidos entre los jóvenes y las clases medias desencantadas. La apuesta es de imagen, no de convicciones.
Un divorcio conveniente
Romper con el PRI no fue un acto de principios, sino de cálculo. Las encuestas muestran que el liderazgo de Alejandro “