
A partir del 1 de enero de 2026 , entrará en vigor un cambio estructural en el sistema de cálculo de las pensiones de jubilación en España. La modificación permitirá a los ciudadanos elegir entre dos métodos para calcular la cuantía de su pensión, lo que podría suponer una mejora significativa para determinados colectivos afectados históricamente por la economía sumergida, la temporalidad o las interrupciones laborales.
Dos métodos para calcular la base reguladora
Hasta ahora, el sistema tomaba como referencia los últimos 25 años cotizados —equivalentes a 300 bases mensuales de cotización — para establecer la pensión de jubilación. Con la reforma de 2026, se ofrecerá una segunda fórmula alternativa: se podrán considerar los últimos 29 años cotizados , con la posibilidad de descartar los dos años con peores bases , reduciendo el cálculo a 27 años efectivos .
Este mecanismo permitirá excluir del cómputo aquellos años con bajos ingresos o nula cotización , una medida especialmente útil para trabajadores que han experimentado periodos de desempleo , bajos salarios o reducción de jornada .
Colectivos beneficiados por la nueva fórmula
La medida pretende mitigar los efectos de las lagunas de cotización que han afectado a amplias capas de la población, especialmente en décadas pasadas. Entre los principales colectivos que podrán beneficiarse se encuentran:
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Trabajadores de la economía sumergida en los años 70, 80 y 90
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Peones y oficiales de la construcción , con alta temporalidad
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Camareros y personal de hostelería , con contratos intermitentes
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Empleadas del hogar sin regularización
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Aprendices o familiares en comercios y talleres , que trabajaban sin estar dados de alta
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Autónomos que cotizaron por la base mínima pese a ingresos mayores
La reforma también puede favorecer a personas que, por causas de salud, edad o circunstancias personales , han tenido interrupciones en su carrera laboral o salarios muy reducidos en ciertos momentos.
Impacto gradual hasta 2040
La implementación de este nuevo sistema será progresiva y se desarrollará en diferentes fases hasta el año 2040 , pero su primera aplicación efectiva comenzará el 1 de enero de 2026 . A partir de esa fecha, los ciudadanos que se acerquen a la edad legal de jubilación podrán optar por el modelo que les resulte más favorable.
Este ajuste forma parte de los esfuerzos por reforzar la equidad del sistema público de pensiones y adaptar los cálculos a trayectorias laborales cada vez más fragmentadas y menos lineales. También responde a la necesidad de garantizar sostenibilidad sin castigar a los trabajadores más vulnerables .
Planificación y asesoramiento, claves para beneficiarse
Aunque la medida introduce mayor flexibilidad en el cálculo de pensiones, los expertos recomiendan a los trabajadores realizar una planificación anticipada de su jubilación . Conocer los años cotizados, las bases acumuladas y las lagunas en su historial permitirá optimizar el sistema elegido y mejorar la pensión futura.
Los ciudadanos podrán informarse a través de la Seguridad Social y acceder a simuladores actualizados que reflejarán ambos métodos de forma comparativa. También será recomendable acudir a asesores o entidades especializadas para recibir orientación individualizada.