Algunos trabajadores que desean abandonar su puesto de trabajo recurren a prácticas fraudulentas para asegurarse el cobro de la prestación por desempleo . Sin embargo, esta decisión puede acarrear graves consecuencias. El abogado laboralista Juan Manuel Lorente ha analizado una de las tácticas más comunes: dejar de ir al trabajo para provocar un despido. Lorente advierte que esta acción puede derivar en dos escenarios, "cada uno peor que el otro".
La baja voluntaria tácita, el primer riesgo
La primera posibilidad es que la empresa interprete las ausencias injustificadas como una baja voluntaria tácita . Según explica el abogado, la compañía podría enviar un burofax advirtiendo al empleado de que si no se reincorpora, se entenderá como una renuncia. Si el trabajador no responde