Uno de los puntos centrales del acuerdo entre PSC y ERC que hizo posible, en agosto del 2024, la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat fue la implementación de un sistema de financiación singular para Catalunya. Un año atrás, los republicanos presentaban dicho sistema como algo inspirado en el concierto económico del que disfruta el País Vasco. Pero las previsibles protestas de otras comunidades, incómodas ante la posibilidad de que Catalunya viera mejoradas en exclusiva sus condiciones fiscales, hicieron que el Gobierno central presentara la propuesta como extrapolable al resto de las autonomías. Semejante extensión de los beneficios era una manera sensata de conjurar las hipotéticas acusaciones por discriminación.
Aquellos acuerdos, que franquearon a