Marcelo Clayton Alves de Sousa y Naly Pires Diniz vivían en Nordelta, en una casa del exclusivo barrio La Isla. Los vecinos creían que era una pareja de empresarios brasileños exitosos. Se movían en autos de alta gama y solían viajar al exterior regularmente. Lo que nadie imaginaba era que sus ingresos provenían de una de las organizaciones criminales más temidas y sanguinarias de Sudamérica: el Comando Vermelho, nacido en las cárceles de Río de Janeiro y extendido por toda la región.
Esta semana, el Tribunal Oral Federal N° 7 homologó distintos acuerdos de juicio abreviado y condenó a ocho integrantes de la organización por lavado de activos, imponiéndoles penas de tres años de prisión en suspenso y multas que totalizan $ 2.460 millones, además del decomiso de bienes por más de 271 mil d