El 19 de octubre, la Plaza de San Pedro en Roma fue testigo de un evento histórico: la canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, los primeros santos de Venezuela. La ceremonia, presidida por el Papa León XIV, reunió a cerca de 55.000 fieles, entre ellos una gran cantidad de venezolanos que mostraron su alegría con banderas y camisetas con imágenes de los nuevos santos.
José Gregorio Hernández, conocido como el "médico de los pobres", nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, Trujillo. Se graduó en Medicina en 1888 y dedicó su vida a atender a los más necesitados, ofreciendo sus servicios de forma gratuita. Su legado perdura en la cultura venezolana, donde es venerado por su dedicación y caridad. Hernández falleció el 29 de junio de 1919, tras ser atropellado mientras se dirigía a atender a una enfermera. Su beatificación se realizó el 30 de abril de 2021, tras el reconocimiento de un milagro que involucró a una niña llamada Yaxury Solórzano, quien se recuperó de un disparo en la cabeza.
Carmen Rendiles, la primera santa venezolana, nació el 11 de agosto de 1903 en Caracas. A pesar de haber nacido con una discapacidad que le faltaba casi todo el brazo izquierdo, fundó la Congregación de las Siervas de Jesús y dedicó su vida a la educación y el servicio a los más necesitados. Falleció el 9 de mayo de 1977. Su beatificación tuvo lugar el 16 de junio de 2018, y su canonización fue posible gracias a un milagro atribuido a su intercesión.
La ceremonia de canonización fue un momento de gran emoción. El Papa León XIV leyó la fórmula de canonización, lo que fue recibido con aplausos y vítores por parte de los asistentes. En su homilía, el pontífice destacó la importancia de la intercesión de los nuevos santos en la vida de los creyentes.
La canonización de Hernández y Rendiles no solo es un motivo de celebración para Venezuela, sino que también representa un punto de unión en un país marcado por la polarización política. La devoción hacia estos santos se extiende más allá de las fronteras venezolanas, llegando a comunidades en Colombia y las Islas Canarias, donde sus seguidores continúan promoviendo su legado y realizando actos de fe en su nombre.
La canonización de estos dos santos es un hito significativo en la historia religiosa de Venezuela, que ahora cuenta con figuras reconocidas oficialmente por la Iglesia Católica, uniendo a los fieles en la celebración de su fe y su historia compartida.