El Museo del Louvre de París fue escenario de un audaz robo la mañana del domingo, donde varios delincuentes sustrajeron joyas de un valor patrimonial y histórico inestimable en apenas siete minutos. Las autoridades francesas confirmaron que el asalto ocurrió entre las 09:30 y las 09:40, justo al abrir el museo al público.

Los ladrones, que se estima eran tres o cuatro, utilizaron una plataforma elevadora colocada sobre un camión para acceder a la Galería Apolo, donde se exhiben las joyas de Napoleón III y la emperatriz Eugenia. Según el ministro del Interior, Laurent Núñez, los asaltantes rompieron ventanas y vitrinas, logrando llevarse siete piezas históricas antes de huir en moto.

Una de las joyas robadas, la corona de la emperatriz Eugenia, fue encontrada dañada en las cercanías del museo. La ministra de Cultura, Rachida Dati, aseguró que no hubo heridos durante el incidente y que se activó un protocolo de emergencia para evacuar a los visitantes y trabajadores.

El robo ha generado una gran conmoción y ha reavivado el debate sobre la seguridad en los museos, especialmente en uno de los más visitados del mundo. El Louvre, que recibe cerca de nueve millones de visitantes al año, cerró sus puertas durante el resto del día por “motivos excepcionales”.

La fiscalía de París ha abierto una investigación por “robo en banda organizada y asociación ilícita con fines delictivos”, y la Brigada de Represión del Bandidaje está a cargo del caso. Las autoridades están revisando las cámaras de seguridad y los accesos utilizados por los ladrones.

Este robo no es un caso aislado. En el pasado, el Louvre ha enfrentado otros episodios de robos, como el famoso caso de la Mona Lisa en 1911. El ministro Núñez reconoció que existe una “fragilidad en la seguridad de los museos nacionales”, a pesar de los esfuerzos recientes para modernizar los sistemas de protección.

El alcalde de París, Ariel Weil, expresó su sorpresa por el atraco y advirtió que podría plantear problemas de seguridad en el futuro. La presión pública y política aumenta mientras avanza la investigación para recuperar las joyas robadas y capturar a los responsables.

Este incidente pone de manifiesto las vulnerabilidades en la seguridad de las instituciones culturales de alto valor, lo que ha llevado a un llamado a mejorar las medidas de protección en museos de todo el país.