Juan lleva 44 años trabajando entre motores. A su edad, ha visto cómo la mecánica ha cambiado por completo y cómo su profesión, una de las más arraigadas del sector industrial , se enfrenta ahora a un problema de continuidad. “En nada. Ni siquiera el motor”, responde cuando le preguntan en qué se parecen los coches de hoy a los de sus inicios.
El avance tecnológico ha transformado el trabajo de los mecánicos. La llegada de los motores eléctricos, los sistemas electrónicos y la digitalización ha convertido el oficio en una profesión cada vez más técnica y especializada. Sin embargo, mientras las exigencias crecen, la vocación entre los más jóvenes parece disminuir . “Va a ser muy difícil. A mí me queda poco para marcharme. La gente no está por la labor”, reconoce con resignación.
El