El barrio de Casablanca conserva su esencia casi desde que lo vio nacer. Vecinos que salen se saludan y se preguntan cómo les va. Negocios tradicionales que mantienen ese arraigo familiar con los que residen a su alrededor. Y, entre todo ello, se divisan de forma muy discreta nuevas caras. “Tenemos tres o cuatro pisos turísticos por el barrio, pero no hacen ruido, los vecinos de momento no se han quejado”, comenta la presidenta de la asociación de vecinos del barrio, Mari Carmen Checa López.

Como en el barrio de Casablanca, los barrios de la capital conquense comienzan a configurar en páginas como Booking y Airbnb un mapa en el que se cuelan alojamientos vacacionales en zonas residenciales. Un par por el Centro Comercial El Mirador, otros por la rotonda de Los Alfares o, incluso, en Las Q

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